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La Gestión Integrada de Plagas (GIP) y la Sanidad Vegetal-Mango

By 24 febrero, 2023No Comments
manga

 

La Gestión Integrada de Plagas (GIP)

La GIP  destaca la importancia de la gestión integrada de plagas en la producción agrícola y  enfatiza en  necesidad de su correcta aplicación para garantizar el uso sostenible de los productos fitosanitarios.

La Directiva 2009/128/CE y al Real Decreto 1311/2012 son los marcos normativos que buscan reducir los riesgos y efectos del uso de plaguicidas en la salud humana y el medio ambiente, y promueven el uso de técnicas alternativas y la gestión integrada de plagas.

Es importante la elaboración de guías de cultivo para la correcta implementación de la GIP . Hay principios generales para la correcta implementación de la GIP, así como las medidas específicas para zonas sensibles y espacios naturales.

El documento fundamental de la guía es el cuadro de estrategia, el cual se ha elaborado considerando que los destinatarios principales son los productores que no están obligados a contratar a un asesor fitosanitario. El objetivo de la guía es acercar todo el conocimiento agronómico existente en materia de GIP y dejar atrás la forma convencional de abordar los problemas fitosanitarios.

Finalmente, destacamos que la GIP no debe ser vista como una carga más para la producción agrícola, sino como un ámbito de mejora de la gestión de las explotaciones y un aumento de la competitividad a partir del aprovechamiento de sus ventajas de índole económica, social y medioambiental. Para concluir es responsabilidad tanto de la Administración como del sector agrícola hacer que la GIP sea implementada de manera efectiva.

 

PRINCIPIOS GESTIÓN INTEGRADA DE PLAGAS

 

De acuerdo con el anexo I del Real Decreto 1311/2012, los principios generales para la Gestión Integrada de Plagas, serán:

a) La prevención o la disminución de poblaciones de organismos nocivos hasta niveles no perjudiciales debelograrse o propiciarse, entre otras posibilidades, especialmente por:

  • rotación de los cultivos,
  •  utilización de técnicas de cultivo adecuadas (por ejemplo en cultivos herbáceos: técnica de la falsa siembra, fechas, densidad y profundidad de siembra, sistema adecuado de laboreo, ya sea convencional, mínimo laboreo o siembra directa; y en cultivos arbóreos: sistemas de plantación, fertilización, poda y aclareo adecuados),
  •  utilización de material de siembra o plantación certificado libre de agentes nocivos,
  • utilización, cuando proceda, de variedades resistentes o tolerantes a los biotipos de los agentes nocivos predominantes, así como de simientes y material de multiplicación normalizados,
  • utilización de prácticas equilibradas de fertilización, enmienda de suelos, riego y drenaje,
  • prevención de la propagación de organismos nocivos mediante medidas profilácticas (por ejemplo, limpiando periódicamente la maquinaria y los equipos, desinfectando herramientas, o cuidando el tránsito de aperos, maquinaria y vehículos entre zonas afectadas y no afectadas),
  • protección y mejora de los organismos beneficiosos importantes, por ejemplo con medidas fitosanitarias adecuadas o utilizando infraestructuras ecológicas dentro y fuera de los lugares de producción sueltas o liberaciones de dichos organismos beneficiosos en caso necesario.

b) Los organismos nocivos deben ser objeto de análisis preventivo y seguimiento durante el cultivo mediante métodos e instrumentos adecuados, cuando se disponga de ellos. Estos instrumentos adecuados deben incluir la realización de observaciones sobre el terreno y sistemas de alerta, previsión y diagnóstico precoz, apoyados sobre bases científicas sólidas, así como las recomendaciones de asesores profesionalmente cualificados.

c) Se debe procurar conocer el historial de campo en lo referente a los cultivos anteriores, las plagas habituales y el nivel de control obtenido con los métodos empleados. Sobre la base de los resultados de esta vigilancia, los usuarios profesionales deberán tomar decisiones sobre las estrategias de gestión integrada a seguir, incluyendo la aplicación de medidas fitosanitarias y el momento de aplicación de ellas. Cuando sea posible, antes de efectuar las medidas de control deberán tenerse en cuenta los umbrales de los organismos nocivos establecidos para la región, las zonas específicas, los cultivos y las condiciones climáticas particulares.

d) Los métodos biológicos, físicos y otros no químicos deberán preferirse a los métodos químicos. En todo caso, se emplearán de forma integrada con los productos fitosanitarios cuando no permitan un control satisfactorio de las plagas.

e) Los productos fitosanitarios aplicados deberán ser tan específicos para el objetivo como sea posible, y deberán tener los menores efectos secundarios para la fauna auxiliar, la salud humana, los organismos a los que no se destine y el medio ambiente, de acuerdo con lo dispuesto entre los artículos 30 y 35 del Real Decreto 1311/2012.

f) Los usuarios profesionales deberán limitar la utilización de productos fitosanitarios y otras formas de intervención a los niveles que sean necesarios, por ejemplo, mediante la optimización de las dosis, la reducción de la frecuencia de aplicación o mediante aplicaciones fraccionadas, teniendo en cuenta que el nivel de riesgo que representan para la vegetación debe ser aceptable, que no incrementan el riesgo de desarrollo de resistencias en las poblaciones de organismos nocivos y que los niveles de intervención establecidos no suponen ninguna merma sobre la eficacia de la intervención realizada. Para este objetivo son muy útiles las herramientas informáticas de ayuda a la decisión cuando se dispongan de ellas.

g) Cuando el riesgo de resistencia a una materia activa fitosanitaria sea conocido y cuando el nivel de organismos nocivos requiera repetir la aplicación de productos fitosanitarios en los cultivos, deberán aplicarse las estrategias disponibles contra la resistencia, con el fin de mantener la eficacia de los productos. Esto deberá incluir la utilización de materias activas o mezclas con distintos modos de acción de forma alterna.

h) Los usuarios profesionales deberán comprobar la eficacia de las medidas fitosanitarias aplicadas sobre la base de los datos registrados sobre la utilización de productos fitosanitarios y del seguimiento de los organismos nocivos.

 

Guía GIP MANGO

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